Las etapas de la adquisición del lenguaje.

La adquisición del lenguaje va de los quince a los veinticuatro meses, ha sido llamado el estadio de una palabra (no índica número, sino palabras aisladas), y marca el comienzo del " verdadero lenguaje", durante el cual tiene lugar un cambio definitivo en su producción.

Antes de esto, las vocalizaciones fueron usadas para expresar necesidades o sentimientos y manipular el ambiente. Ahora, en esta fase del desarrollo, se produce la adquisición del concepto de que cada palabra significa o representa un objeto o acción en el ambiente. Esta función comunicativa de las vocalizaciones persiste más allá aún de estas edades, pero luego se agrega otro concepto, que es el de relacionar lo que se oye con acontecimientos y objetos.

Al llegar a los veinticuatro meses, el niño ha adquirido unas cincuenta palabras, pero desde las primeras diez, el ritmo es variableen niños distintos y según las circunstancias ambientales. Algunos, al principio, progresan lentamente, y luego, hacia el final, lo hacen muy rápidamente.

Como se ha dicho, las primeras palabras están determinadas, en parte, por las experiencias particulares del niño.

Sin embargo, se han descrito tipos de niños según usen su lenguaje para categorizar lo que ocurre a su alrededor, a diferencia de otros que lo utilizan sobre todo para expresar y manipular. Estas diferencias han sido atribuidas a sus madres, en el sentido de si permiten una u otra de esas actitudes.

La correlación entre el lenguaje y el nivel intelectual es otro de los aspectos que han despertado el interés de los investigadores. Según éstos, hay realmente correlación, pero ésta subsiste hasta un poco más de los dos años. A los dos años y medio, ya no sucede así, y de ello se puede deducir que, sólo en un período muy temprano, lenguaje y nivel de inteligencia (C.I o coeficiente intelectual) se hallan relacionados. Otros expertos citan que, entre uno y dos años, el vocabulario infantil pasa, aproximadamente, de diez a algo más de doscientas palabras. Lo primero recomendable seria no forzar al pequeño a hablar pero si ayudarlo y estimularlo de manera natural a la curiosidad a como se dicen las cosas, los animales, los miembros de la familia, puede ser también por medio del juego o de material didáctico, sin agotar al pequeño.

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Luz y Amor

Lucy Campbell Díaz